viernes, 25 de abril de 2008

2 manos

Pudo ser una noche funesta,
Como cumpliendo con un rito
-Artificialmente,
Sin poner en eso
Ninguna pasión,
Ajeno además al cariño
-Que ponemos en esas ocasiones-
Coloqué mi mano sobre la tuya
Mientras que dirigía
Mi corta mirada
Hacia la pista de baile
Y tú no moviste
Siquiera un músculo.
Entonces retiré mi mano
Y te hablé de política
-De una cosa cualquiera,
Por lo tanto.

¿Cuánto tiempo pasó
Hasta que, de repente,
Te llamaba todas las noches
Y te mandaba mensajes por la mañana?
¿Dos años
Que transcurrían
A la distancia
De dos amigos
Que pueden ver pasar
Más de 400 horas
Sin llamarse,
Y apenas se recuerdan?

Pero aún no tenía tu permiso
Para esta serenata
De llamadas
Y mensajes
Y te lo pedí.
Estábamos
Sentados en tu coche
Junto a la casa de mi hermano.
Te alegraste de la pregunta
Y me ofreciste tu consentimiento.
Entonces yo te apreté
La mano
Con la alegría
Del que no se siente
Rechazado,
Quizás.
Cerraste levemente tus dedos,
Y en la oscuridad de la noche
Tal vez
Me ofrecieras
La más cariñosa
De tus sonrisas.

Bilbao, febrero de 2.008

3 comentarios:

Antonio Valcárcel dijo...

Estimado Fernando:

Bonitos sentimiento que emanan de tu corazón. No se si torrencialmente o con sirimiri, de cualquier forma sé que encontrarás una mano que aferre la tuya con sentimientos unísonos. Te sientes libre, una libertad donde los fantasmas del pasado reclaman a tu subconsciente memoria y reparación, abrumando tu conciencia ¿Será más fuerte tu libertad que los recuerdos que te atenazan?
El amor, sentimiento del alma, donde los corazones para que sus latidos no sean arrítmicos es necesario las cuerdas sonoras y armoniosas, acompasados de otro corazón, que libere tu lastre residual y recurrente de un pasado tormentoso. El arcoíris anuncia el fin de las lluvias, el arcoíris está siempre en la distancia, y tus miras el mundo de cerca.
Yo soñaba que mis manos me las mordía un perro furioso, fueron tiempos difíciles, ahora puedo ver y contemplar los colores del arcoíris. El color del cristal con el que proyecto mi mirada, ahora observo más matices que los que la naturaleza le ha otorgado. También he abrazado al roble, he inevitablemente he pisado las margaritas de las celayas, las he deshojado en consulta de amores, y descubrí, que siempre hay un amor incluso para la mano cercenadora que cortó la flor.
Deseo que encuentres el tic-tac amoroso de tu corazón.

Algunos pájaros errantes dijo...

@antonio valcárcel. Gracias por tu cariñoso comentario.

Sirena Varada dijo...

Siempre que vengo a tu blog lo hago buscando tus textos más literarios que nunca, nunca me decepcionan y en este caso, por añadidura, lo remata antonio valcárcel y... me quedo maravillada

Un abrazo