domingo, 5 de julio de 2009

Ana, de Mallorca

Esa mañana calurosa del principio del verano en Madrid, me encuentro sentado ante el ordenador cuando suena el teléfono móvil. Es un número fijo cuyas primeras cifras no me dicen nada. Pero no es un número oculto, la persona que me llama no se esconde. Así que contesto.
- ¿Dígame?
- ¿Hablo con don Fernando Maura?
Es una voz femenina, respetuosa, pero carece de la untuosidad de las vendedoras de "tele-marketing", lo que acentúa mi curiosidad.
- Sí, soy yo.
- Buenos días. Soy Ana V... Tengo su teléfono de una vez que lo puso usted en su blog...
Pienso que cada vez hay más gente que me trata de usted, y que mi edad ya va estableciendo distancia entre mi persona y el resto de la gente. A veces animo a mi interlocutor a que me tutee. En este caso la dejo proseguir, aunque resulta evidente que esta "Ana V..." debe conocer bastantes cosas de mí, ya que dispone de mi teléfono desde hace bastante más de un año.
- ... Le llamo porque estoy en el PP y quería afiliarme a UPyD. Y como usted también estuvo en el Partido Popular... Me gustaría saber qué tengo que hacer.
- Bueno. Lo primero es darle la enhorabuena por la decisión que va a tomar -le digo.
- La tengo tomada ya. Desde el famoso "Pacto de Progreso" el PP ya no me dice nada.
- ¿Y es usted cargo público en alguna institución? -le pregunto.
- No. Soy abogada. En el pepé he colaborado en Nuevas Generaciones. Nada más.
- Bien. Pues bastaría con que remita una carta a la Junta Local del PP en la que esté afiliada pidiendo causar baja en el partido. Para mayor seguridad lo puede hacer por correo certificado y con acuse de recibo. Luego se puede afiliar a UPyD. Si quiere le puedo poner en contacto...
- Ya he hablado con el señor Calbarro.
"Me iba a referir precisamente a Juan Luis Calbarro", pienso.
- Pues yo creo que basta con eso. Si hubiera tenido usted un cargo público debería haber dimitido previamente y quizás hacer una declaración. Pero en su caso no es necesario.
- Está bien. Le agradezco su atención.
- No faltaba más. Tiene ya mi teléfono para lo que quiera.
Nos despedimos. Y pienso en las "Anas V..." de toda España que están abandonando de forma callada a esos viejos y esclerotizados partidos para intentar trabajar por la ilusión de un futuro sin lastres de componendas o de intereses creados.

1 comentario:

Sake dijo...

Un proyecto como UPyD hay que cuidarlo como una cosa delicada, por su valor en sí. Las cosas que tienen mucho valor, necesitan crecer sólidamente y asentarse sobre cimientos sólidos y fuertes. No, no se puede construir una casa sobre la arena, pues en poco tiempo se hundiria. Eso Usted D. Fernando lo sabe perfectamente, quizás por éso le llaman, para abandonar lo viejo y unirse a lo nuevo. Debemos cuidar que lo nuevo, lo frágil y valioso crezca vigoroso y saludable ¡cómo seguro que lo hará!.