miércoles, 11 de noviembre de 2009

LAS RAZONES DE UNA LEY.


Una de las impresiones que la actual situación política deja en el ánimo del espectador es que las diferencias de fondo entre partidos no existen. Que tras una retórica vacía llamada a movilizar al propio electorado, a fuerza de alarmarlo con el supuesto extremismo del adversario, los dos partidos mayoritarios ocultan en realidad, una profunda coincidencia de fondo. Parece como si la línea que hasta hace algún tiempo separaba al PSOE del Partido Popular, se hubiera difuminado por completo en favor de la más clara distinción entre partidos en el Poder y que mandan, y partidos en la oposición y que critican pero que aspiran a mandar de la misma forma.

Más allá de ésta distinción, todo es igual. Es decir, el comportamiento de los dos Partidos es más o menos el mismo, una vez ocupan el poder. Los dos siguen las mismas políticas, los dos respetan idénticos intereses. Los dos responden a la misma lógica de servirse de los instrumentos de gobierno para fortalecer su posición, y de reprochar al contrario lo que ellos mismos hicieron cuando estaban en el gobierno. Y basta echar una rápida ojeada al mapa de Ayuntamientos y Comunidades para verificar que algo o mucho de ello, es cierto. La Política, es decir las diferentes posturas ante los concretos problemas que nos acucian en economía, en paro, en política de vivienda, en cómo reestructurar nuestra economía productiva, en cómo distribuir las cargas de la crisis financiera... simplemente no existe. La única diferencia de fondo que verdaderamente importa hoy en España, es la tenue línea que separa a quien ocupa el poder del que aspira a ocuparlo. La Política se ha visto sustituida por el Poder.

Una prueba palpable de ello ha sido puesta de manifiesto ante nosotros. Hace poco veíamos cómo una ley absurda y mal hecha, presuntamente destinada a favorecer la movilidad de los madrileños, era presentada a la Asamblea de la comunidad de Madrid. En principio nada a destacar, sólo que la ley, incomprensible no se sabía a qué o para qué podía servir. Basto esperar unos días para comprobar qué había detrás de ella. Algo muy simple y muy diferente a los intereses del transporte de los madrileños. Prorrogar hasta quince años las concesiones que las grandes empresas de transporten detentaban y que estaban prestas a expirar en tres años. Prorrogarlas sin concurso libre y público, a cambio de un “plan de mejoras”, que habría debido satisfacer el nuevo concesionario entrante.

Autores de la medida: PSOE (oposición) y Partido Popular (Gobierno de la Comunidad), de mutuo acuerdo expresado en una enmienda transaccional. Razón de fondo: beneficiar a los propietarios de las concesiones que operan en régimen de monopolio y que se llaman National Express, Arriva, Dauhgty Hanson… ¿Les suena los nombres? ¿No? Pues, consulten en la bolsa de Londres y saldrán de dudas. Liberales como Esperanza Aguirre y socialista como Tomás Gómez, en medio de la crisis que nos devora, coinciden en ver el transporte de los madrileños como una oportunidad para que los ricos sigan siendo más ricos. De eso se trata, de coincidir en hacer favores a los que de verdad mandan para alcanzar o, en su caso, mantenerse en el poder…Total ¡si no se entera nadie!

No hay comentarios: