lunes, 17 de mayo de 2010

Encuentros cubanos (4)

Nuestra próxima cita se llama Yoani Sánchez, la “bloggera” a quien precede una enorme fama. Premio Ortega y Gasset, no la dejaron salir de la isla para recibirlo, Yoani pertenece a una nueva generación de disidentes cubanos. Y como les ocurre a muchoss jóvenes, su sentido de la heterodoxia les granjea una cierta desconfianza por parte de algunos de los mayores. Confieso que es la persona que me producía mayor curiosidad respecto de las que podría conocer a lo largo de este viaje en que las piezas van encanjando con la máxima regularidad.
El taxista pregunta si la dirección que le damos corresponde a un edificio de la televisión oficial. Se trata de una masa de cemento marronáceo, de construcción que sigue los parámetros de los arquitectos soviéticos, una casa-hormiguero, con múltiples apartamentos y una decena y media de pisos. Rosa se extraña ante la referencia del taxista, y no sea que se trate de una encerrona pide que se le llame a Yoani. Esta contesta que estamos bien ubicados y que nos está esperando “el rubio Reinaldo”.
Se llama Reinaldo, en efecto, y se apellida Escobar, y es la pareja de la “bloggera”, pero su moreno es tal que nos hace sonreír la ocurrencia de la mujer que vamos a conocer.
Se forma una extraña cola junto al ascensor compuesta por una decena de personas. El edificio tiene dos elevadores, pero uno está en revisión. “No, no está estropeado –matiza Reinaldo-. Está en mantenimiento”. Y nos dice que él podría arreglar un asecensor, pero que no se quiere meter en asuntos que luego le podrían costar caros. En esta Cuba del ingenio –y no del azucarero solamente- todo el mundo opera en ese extraño mundo que se sitúa entre lo prohibido y lo que no se controla a nivel oficial, y no porque no lo quieran sino simplemente porque no son capaces de vigilarlo todo.
Subimos al final y todavía debemos ascender –esta vez a pie- un piso. Al final de la escalera está el apartamento de Yoani, que fuera ocupado por un periodista de la televisión, aunque después de varios cambios de titular pasaría a manos de la pareja. Corretea por la casa un perro que nos olisquea antes de descansar: le debemos parecer buena gente. Las vistas desde el décimotercer piso son excelentes y la pareja ha reorganizado su breve espacio haciéndolo más habitable y acogedor.
Nos sentamos junto a una mesa que se sitúa en el “hall”-salón-comedor, donde Yoani nos sirve su prometido café, que contrasta de modo poderoso con el “agua-chirri” a que esta mañana nos ha sometido el hotel en el que nos hospedamos.
Yoani empieza a explicarnos su opinión acerca de la situación política cubana. Para ella, el régimen de los Castro no tiene nada nuevo que ofrecer a la población. El sistema económico está profundamente deteriorado y nadie espera que las cosas cambien a mejor. Sólo les queda la represión porque no “venden” más que falta de esperanza y de perspectivas.
En este contexto, ella cree vivamente en la importancia de las nuevas tecnologías, que las autoridades cubanas no podrán controlar en el medio plazo. Es verdad que tienen sometido Internet a su acecho, que dificultan los correos electrónicos… pero la utilidad de los móviles es evidente y estos se han convertido en un instrumento de lucha.
Nos cuenta de las dificultades para emitir sus comentarios en su “blog”, de cómo le impedían el acceso a un hotel donde podía conectarse a la red y de cómo lo hizo tocada con una estridente peluca de la que se desprendía una vez dentro del establecimiento. (A propósito, Yoani tiene una larga cabellera negra que convierte en trenza con habilidad antes de liberarla de nuevo en diversas ocasiones a lo largo de la entrevista).
Ella no pertenece a ningún partido. Cree que de esa manera puede mantener su independencia. La capacidad de escribir lo que le parezca oportuno en sus comentarios. Pero su compromiso con la democracia es inequívoco. Nos cuenta la forma en que consiguió el testimonio de la madre de Zapata o la increíble historla de la grabación de 17 minutos de su detención, cuando pasaba por la calle a firmar en el libro de condolencias por el fallecido. Yoani dejó su móvil en posición de grabado y obtuvo ese documento que seguramente algún día podamos colgar en la página web de UPyD: es realmente impresionante.
La independencia personal que proporciona el “blog” llevó a ese piso décimotercero de esa casa-colmena en la Habana a un personaje querido de la escena periodística vasca que es Santiago González. Rosa refería la historia de ese personaje que prefirió también evitar intromisiones en su “blog”.
Se quejan –Yoani y Reinaldo- de esa metonimia que sugiere que “Cuba ha sido condenada por la violación de los derechos humanos”, por ejemplo. Y es que ellos son también Cuba, pero no son el régimen. Es importante no caer en la tentación de ese “secuestro gramatical” que nos sugieren nuestros interlocutores.
Nos conto Yoani que habían puesto en marcha una academia para las nuevas tecnologías, que en ella estudiaban conceptos jurídicos, de historia y de cultura, además de las técnicas correspondientes.
Esta mujer que es el “crack” de la nueva generación, rebelde y rupturista con los viejos modos de hacer política, de disentir, de apostar por la democracia desde parámetros diferentes a los convencionales; que tiene la osadía de comunicarse con el Presidente Obama y que recibe el testimonio de la respuesta redactada por el mismo Presidente de los Estados Unidos y que se pone al mundo –especialmente al de los Castro- por montera, tiene un rincón para su “ego” personal donde nos hacemos una foto. Y nos anuncia que “tenemos que ver a otro presidenciable, Dagoberto Valdés”. Convenimos en hacerlo mañana mismo, después de visitar a Elizardo Sánchez.
Piden un taxi para que nos acerque al hotel. Y en esta mujer aliada con lo nuevo, el sistema de comunicación con su pareja, que ha recibido al conductor en la calle, se hace a voz en grito desde la terraza de su apartamento. Paradojas de la vida…
Con la cena de esa noche podemos tomar un par de riquísimos “daiquiris” antes de retirarnos –unos- al hotel, y en tanto que –otros- seguían disfrutando de la noche cubana… por poco tiempo, que el siguiente día nos esperaba con todas sus nuevas e importantes expectativas.

1 comentario:

rutaveintiseislaguagua.com dijo...

Fernando, saludos! mi nombre es Ranulfo Ramirez, mi blog se llama rutaveintiseislaguagua.com.
mi grand sueño .. ver a Cuba democratica y libre para siempre.
Admiro mucho a Yoany, Claudia y los demas bloggers en Cuba. que tarea tan dificil la de ellos.