martes, 24 de mayo de 2011

Intercambio de solsticios (185)

Juan Andrés Sánchez era un hombre que llegaba a la política por segunda vez. Antes y después de la primera se había dedicado al mundo de la empresa; por lo tanto, se trataba de una persona resolutiva, su tiempo de reflexión duraba apenas minutos. En esa ocasión, sin embargo, debía resultar más breve.
Cristino Romerales se lo quedaría observando atentamente. No quería pronunciar palabra, no fuera que su interrupción fuera considerada por su presidente como una llamada a la urgencia. En todo caso, sus ojos clavados en Sánchez lo decían todo.
- Pon en marcha el operativo. Cualquiera que este sea –dijo por fin.

Vic Suarez se quedaba pegada a la puerta de su vivienda.
- He oído ruidos –explicó a su marido.
- ¿Y qué puede ser?
- Tú no te muevas. Voy a mirar. Conmigo no se van a meter.
Nadie lo sabía. Ni siquiera ella. Pero esa mujer decidida salía de su casa hacia el portal.

Cristino Romerales ganó su despacho a toda velocidad. De un cajón cerrado con llave extrajo un sobre en cuyo exterior se podía leer:

“TOP SECRET”

De él sacó dos documentos: uno se refería al protocolo a seguir en caso de crisis. El otro al operativo correspondiente a la “Operación Chamartín”. Organizado como pocos, Romerales lo tenía todo previsto. Fallaba sin embargo una cosa: su hombre de confianza, Sidi Ben Bachat, había desaparecido.

Los hombres del brazalete verde que esa noche y la ausencia de alumbrado público impedían observar, introducían en un vehículo al alto cargo policial de Chamberí.
Vic Suarez se dirigió a uno de ellos, el que cerraba el grupo.
- ¿Qué hacen ustedes?
- Nos llevamos a este tipo… -contestó vagamente el policía.
- ¿Qué ha hecho?
- Ya nos lo explicará en comisaría –dijo el agente-. De momento sospechamos que se trata de un espía.
Bachat, desde la ventanilla que ocupaba, hacía señales a la mujer de Brassens para que abandonara ese sitio y se volviera a su casa.
- ¿Qué pasa ahí? –preguntaba ahora el jefecillo del grupo para-policial.

No hay comentarios: