jueves, 30 de enero de 2014

La Garúa de Bracacielo (27)


Y así lo hizo Ronnie. Hasta tres veces reportaba este a Barrientps las conclusiones de los diversos momentos en que se planteaba la cuestión en las reuniones celebradas en Bracacielo. Los amigos de Ibarra siempre manifestaban su criterio favorable a la propuesta, pero nunca decían con claridad que dimitirían en todo caso a fecha fija como patronos.
Todo esto sonaba a Federico Barrientos algo así como a música celestial. Del tipo de, "si las cosas no van bien, nos pensaremos lo de dimitir; pero si la Fundación sale, aquí nos eternizamos".
La perspectiva era, por lo tanto, difícil. El momento económico ya era complicado. El Estado abandonaba a fuerza de recortes sus compromisos con la cultura y las grandes empresas no entraban en nuevas propuestas, limitando incluso su concurso respecto de las que ya estaban presentes. El trabajo de Barrientos, complicado y sin apoyos internos -salvo los que le prestará San Bonifacio- resultaría seguramente estéril.
De modo que Federico Barrientos decidía arrojar la toalla respecto de aquel asunto y dedicar su atención a otros menesteres, que la vida tiene siempre su afán.

No hay comentarios: